Inter Miami perdió la final de la US Open Cup ante un Houston Dynamo que resaltó el trabajo colectivo y superó ampliamente la estrategia de Gerardo Martino.
Desde su llegada a Inter Miami, Tata Martino ha tenido mucho aciertos y ha logrado establecer un sistema de competencia que favorece a sus jugadores más importantes en Lionel Messi y Sergio Busquets. También ha logrado incorporar a los jóvenes, continuó dándoles espacios que seguramente serán de beneficio para el club en los próximos años.
Como todo entrenador, está expuesto a cometer errores y desafortunadamente eso sucedió en la primera final de Inter Miami en casa.
La presencia del campeón del mundo fue durante los días previos el gran tema de conversación y esto trastocó los planes o la rutina del equipo previo al compromiso frente a Houston. Los jugadores en zona mixta no consideraron que la incertidumbre les afectara. Si no fue eso, algo más estaba en la mente de los jugadores.
Desde los primeros minutos, Miami sufrió el partido. Tata acusa cansancio. Es una buena excusa, Leagues Cup fue un desgaste enorme y más temprano que tarde iba a pasar factura. Pero el cansancio no puede reflejarse en los primeros 15 minutos de una final. ¿Cómo es posible que Inter Miami tuviese una mejor disposición en el segundo tiempo si el gran problema es el cansancio?.
Muy fácil. Tata Martino equivocó el camino en el once inicial. Colocó a jugadores alrededor de Sergio Busquets que más que sus principales aliados eran una preocupación más. Benjamín Chremaschi en su juventud no pudo tener el peso esperado y Diego Gómez -que también es muy joven- tenías varias semanas sin ser titular y nunca pudo encontrar el ritmo. Dicho sea de paso, Gómez tiene cinco partidos para revertir opiniones sobre su potencial.
Ante el acoso constante de Houston se empezaron a desnudar también los problemas en defensa. Lo anterior del medio campo corresponde más al juego de posesión que Inter Miami necesita y que en la primera parte no pudo encontrar. Noah Allen sufrió en defensa y Sergii Kryvtsov solo pudo ver el número de Quiñónez toda la noche, nunca lo pudo detener, si se lo encuentra en la calle no lo reconocerá.
Tomás Avilés, una de las nuevas incorporaciones, se quedó en la banca. El joven defensor no es una maravilla jugando con línea de cuatro pero con una línea de tres su velocidad ayuda al resto de sus compañeros y era perfecto para también liberar a Allen -dejándole jugar más adelantado- quien suplía a Jordi Alba en la izquierda.
El todo terreno de Leonardo Campana que no dejó de luchar por la pelota en todo el partido, se vio en la necesidad de bajar para entrar en contacto con la pelota. Un error que Martino debió corregir inmediatamente. Si Campana baja y toca la pelota, ¿qué hacen Robert Taylor y Facundo Farías?.
El partido fue el peor colapso de la era Martino en Inter Miami y el más costoso. En algo si tiene razón Tata, el tiempo de trabajo es muy corto. Y esto se nota más cuando Messi no está para resolver todo en una jugada.
