El salvadoreño Marcelo Arévalo logró su octavo título de ATP y el segundo consecutivo en Delray Beach
DELRAY BEACH – El peso de los títulos no ha cambiado el común denominador de Marcelo Arévalo, sigue siendo un tipo alegre que valora su trabajo en la cancha y que trata de disfrutar cada minuto de su carrera. En los momentos buenos y en los momentos malos, Arévalo no cambia su impecable comportamiento y su amabilidad con las personas que lo rodean.
“Tengo una identidad y quiero mantenerla siempre, así sea que siga teniendo éxito o no tanto éxito. Quiero ser esa misma persona y que la gente me reconozca y que me valore no por el éxito, sino por la persona humanitaria que soy”, dijo Arévalo a Deporte Total USA luego de conseguir el título de ATP.
Durante la ceremonia de premiación, Arévalo invitó a su hijo a compartir unos minutos con él. Son momentos únicos en la carrera de un tenista que pasa gran parte del año de viaje y lejos de sus seres queridos. El centroamericano reside en el sur de la Florida y considera el torneo en Delray Beach como uno en casa.
La dedicación de Arévalo con su hijo es evidente y este título en particular ha sido dedicado a la niñez en su país natal, “Especialmente lo dedico a los niños, me gusta tratar de motivar a los niños. El Salvador es un país que va creciendo; y yo creo que triunfos como este pueden motivar a los niños a que se alejen de los malos pasos y empiecen a involucrarse en el deporte”, agregó.
Al finalizar el torneo y luego de coronarse como un justo campeón, Arévalo se tomó el tiempo para saludar a familiares y amistades que hoy lo acompañaron en la final de Delray Beach. Los triunfos del tenista de 32 años son sinónimo de alegría pero no solamente para su equipo de trabajo, sino también para aquellas personas que conocen su calidad humana.